lunes, 16 de febrero de 2009

Una especie de fábula

En medio de este tiempo donde abundan ciertos seres y escasean los que podrían llegar a ser sus antítesis, se respiran aires que no terminan de llenar nuestros pulmones, salpicándolos de asfixia.
Esta se instala en nuestro ser de manera tal que adquiere el título de compañera y, por más indeseable que la consideremos, su grado de fidelidad va aumentando a medida que insistimos en darle un papel indispensable para el funcionamiento del organismo.
Y sin mencionarlo, notamos cómo esa particular compañera comienza a acumular numerosas cantidades de llámese fuerza, energía y/o voluntades que, al no exteriorizarlas a la superficie, nos oprimen el pecho.
Entonces en un intento de equilibrio (porque al principio o al final, esa es nuestra tendencia, ancestralmente hablando), buscamos las herramientas y los medios para neutralizar esa presión ya nociva. Y la búsqueda es cada vez más batalla que exploración, porque se evidencia la quasi inexistencia de ofertas confiables: en su gran mayoría poseen falta de consistencia visto que se forman desde bases y estructuras que, por el simple hecho de llevar consigo una supuesta férrea organización, reciben la mención de CONVENCIONALES.
Casual o causalmente, frente a este contexto, se produce una génesis. Se trata de unos misteriosos artesanos los cuales, como si debieran cumplir una orden pactada desde un lugar geográficamente distante donde se puede contemplar con una agudeza infalible nuestra realidad, se vuelcan sin otro incentivo más que el compromiso en la elaboración de un metal precioso, cuya preciosidad es invaluable en términos materiales. Es este metal el que, por su volumen peso y brillo (y un cuarto factor algo más riesgoso que todavía queda por definir), nos habilita para desalojar súbitamente toda presión y opresión, y transformar la fuerza, energía y/o voluntades en impulsos de inmenso valor vital.
Habiendo concretado dicha liberación, nuestra vieja compañera, la asfixia, pierde su razón de ser y sólo va a adquirir el significado que su semántica le atribuye… y nada ni nadie más que ella.


Por muchos más artesanos y por tantas más liberaciones.

3 comentarios:

  1. este texto me gusto muucho, ejemplifica lo que muchas veces nos pasa en el dia a dia. muy bueno, a ver de quien es!!
    por cierto me acabo de dar cuenta el de amanece hoy lo subi yo y no aclare, es que con todo el conflicto que significo subirlo me olvide!! besos
    lau

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  2. ¿Aclaramos quién escribe cada cosa? ¿o lo hacemos más divertido y que nadie aclare nada dándonos la posibilidad de adivinar?

    Va, no sé, se me ocurrió esto. Pero no quiero imponer nada, en este blog cada uno escribe lo que quiere y como quiere jeje. (Creo que ahora quedó en obviedad que todos los textos no firmados son los míos... ¿digo quién soy? siii)

    Nacho

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  3. jajaj bueno yo me comprometo pero si termino como dice nacho como la unica qoe no pone quein es va a ser pateticamente obvio jaja
    lau
    ahh no teni que ponerlo

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